La iluminación dentro del cine

Si una persona u objeto no están iluminados, para la cámara no existen.

Dentro de la pantalla, la luz define a los elementos y les atribuyen diferentes características haciéndolos parecer más ligeros, pesados, fuertes, débiles, astutos, etc.

Definir la cantidad de luz es una tarea creativa dentro de sí misma. Un mismo paisaje puede cambiar radicalmente no solamente en su apariencia dependiendo si se filma al amanecer, a mediodía o al atardecer, sino de sentido cinematográfico, teniendo un mayor o menor dinamismo por la relación entre la luz y la acción que se desarrolla.

Existen diferentes tipos de luz, entre los que destacan:

Luz natural

Proporcionada por la luz del día, por lo que se toma en cuenta las circunstancias de día y noche, el momento de insolación, los fenómenos naturales, etc. En tomas de exterior con luz solar suficiente, el director hace notar el efecto del sol sobre unos rostros mediante pantallas reflectoras, concentrando en los actores una mayor cantidad de luz que la que realmente existe, provocando que se perciba una cantidad de iluminación mayor.

Luz artificial

Producida por los focos y reflectores, esta es utilizada cuando la iluminación interior o incluso exterior no es suficiente. Es la que menos problemas causan, ya que es fácil controlarla y se sitúa en puntos estratégicos que deban ser específicamente iluminados por razones de composición.

Luz difusa

Debido que proviene de varios focos, es un tipo de luz artificial que distribuye la claridad a todos los puntos de la escena, de forma que los objetos y las personas no tienen sombras.

Luz directa

Es dirigida sobre una figura y, por lo tanto, produce sombras así como zonas de iluminación.

La luz es responsable de crear el tono de una historia y ayuda a dibujar los rasgos psicológicos de un personaje. Existen diferentes efectos que la dirección de la luz produce sobre una figura:

Iluminación frontal

Elimina las marcas del rostro, pero le resta personalidad y relieve a la figura humana, insertándola en el fondo.

Iluminación lateral

Logra un relieve en la figura, destacando las líneas del rostro aunque desvirtuándolo

Iluminación desde arriba

Al iluminar de esta forma a un personaje lo hace parecer más joven, inofensivo y espiritual.

Iluminación desde abajo

Le otorga maldad al rostro, produciendo un sentimiento de amenaza e inquietud.

Iluminación por detrás del personaje o a contraluz

Destaca su silueta sobre el fondo, pero elimina completamente los rasgos externos, con la intención de provocar sorpresa o ansia en los espectadores.

A continuación te presentamos un ejemplo en movimiento de los efectos de la luz en el rostro de una persona.

 

Fuente: Historia-Vcentenario